Ciudades sostenibles
Históricamente, las ciudades se han planificado con el objetivo de generar actividad económica, lo que ha llevado a que se priorice la generación de infraestructuras y se relegue a un segundo plano la creación de espacios verdes y convivencia social. Esto se agrava al darnos cuenta que las ciudades han sido diseñadas entorno al coche como elemento de conexión de los diferentes, lo que genera que las calles se vuelvan hostiles ante el ciudadano de a pie, y agravando los problemas de movilidad y de contaminación ambiental. Además, tienden a ser entidades consumidoras, al ser sumideros energéticos y no producir ningún tipo de energía, y encima degradando los territorios al devolver elementos como residuos, o aguas mal depurada.
Las ciudades sostenibles surgen para remediar estos problemas, devolviendo el protagonismo al ciudadano y a la movilidad activa y sostenible, eliminando infraestructuras grises por espacios verdes, con múltiples beneficios tanto para la salud humana como para la biodiversidad, y facilitando el acceso de los servicios necesarios a una distancia suficiente como para evitar el tener que desplazarnos. También debe ser capaz de ser lo más autosuficiente posible, generando su propia energía, y reduciendo y reciclando todos los recursos que precise para seguir funcionando.