La caja de los deseos
En esta actividad, cada uno de nosotros elegirá un animal o una planta y se pondrá en su lugar para escribir un deseo en su nombre. Por ejemplo, si elijo ser un pingüino, mi deseo podría ser: «Deseo que el hielo no se derrita tan rápido, porque sin él no tengo dónde vivir ni pescar».
Cada niño o niña escribirá su deseo en un papelito y lo colocará en una caja habilitada para ello. Cada día, leeremos algunos de estos deseos en voz alta, creando un espacio de reflexión sobre su significado y sobre cómo podemos contribuir a hacerlos realidad. Esta actividad nos ayudará a desarrollar empatía hacia los seres vivos y a entender la importancia de cuidar y proteger nuestro planeta.
Por último, os animo a responder a la siguiente pregunta: ¿Creéis que solamente los animales y las plantas son los afectados por el cambio climático?