El planeta se despertó una mañana con picores por todas partes… Cuando empezó a rascarse por aquí y por allá los habitantes no entendían nada. ¿Qué pasa, qué pasa?, se preguntaban desconcertados. Hasta que, al fin, unos niños se pararon a escucharlo…
A través de este cuento, los niños comprenderán que cada uno de nosotros puede realizar pequeñas acciones que, por insignificantes que parezcan, suman mucho si todos las ponemos en práctica.
Acompañamos cada recurso con una propuesta de reflexión con el propósito de que el alumnado pueda interiorizar los conceptos y adquirir habilidades prácticas para aplicar sus conocimientos en la vida diaria.
Pasito a pasito
Para comenzar esta actividad haremos una breve reflexión e intentaremos comprender a qué se refiere el final de esta historia cuando dice:
«Como eran cosas tan pequeñas, cabían en todas las casas, familias y colegios. Rodaban aquí y allí colándose en cualquier rendija y, aunque solas seguían siendo pequeñitas, juntas crecieron y crecieron hasta que lo envolvieron todo con un gran abrazo.»
Después, haremos una lluvia de ideas sobre pequeñas acciones sostenibles. Cada grupo de 2-4 alumnos/as seleccionará una de las ideas que considera fácil y efectiva y creará un cartel donde se destaque la importancia de esa pequeña acción. Los carteles podrían contener, por ejemplo, datos curiosos y cifras impactantes para despertar la curiosidad de la persona que lo lea. El objetivo es sensibilizar al resto de compañeros y profes del colegio sobre la responsabilidad que tenemos cada uno en el cuidado del planeta.